Perteneciente a la familia de las Clusiaceae, puede alcanzar hasta 20 m de altura y produce frutos de hasta 1 kg, normalmente entre 400 y 700 g, grandes y redondos, de piel dura, rugosa y de color marrón oscuro. El fruto es carnoso, jugoso y su pulpa varía entre los colores amarillo y naranja. Cuando maduran, caen al suelo de forma natural, presentando un aroma dulce y agradable. El rendimiento de pulpa es considerable, alcanzando cerca del 60% de la parte comestible del albaricoque. Tiene un alto contenido de humedad y es bajo en calorías. Sin embargo, sus contenidos en potasio y calcio son interesantes a la hora de referirse a los valores nutricionales de la fruta.
A pesar de encontrarse y cultivarse en huertas y traspatios, es un fruto poco explorado comercialmente, siendo difícil de encontrar en mercados, incluso en ferias y mercados de la región . Además de no ser explotado comercialmente, tampoco se utiliza como podría en recetas y formas sencillas de procesar la fruta. Dicho esto, sumado a que el albaricoque permanece en comunidades y lugares donde se cultiva a muy baja escala, pone al fruto en desuso y desconocimiento, lo que amenaza su propagación y su potencial uso gastronómico.
Se puede consumir cruda o procesada, en forma de jugos, jaleas, dulces, mousses, ensaladas.
Christian Halbinger (propietario verificado) –
Lissette Landau (propietario verificado) –